Miércoles de cenizas, comienza la cuaresma, tiempo litúrgico de conversión, de arrepentimiento, de cambio, de ser mejores, de acercamiento a Cristo.

Jesús, nos hace una invitación: cambiar de vida.

Esta vida es temporal, entonces, ¿porque no ser como Dios quiere que seamos? Nuestro Padre tiene un gran ideal, que seamos personas buenas, generosas, caritativas con todos nuestros hermanos, como Jesús lo fue.

Todos somos pecadores, se nos hace difícil caminar hacia la santidad, el pecado nos aleja de Dios. Pero el Señor nos regala este tiempo, de perdón, de reconciliación, de penitencia. Por tanto, tenemos que saber aprovechar bien estos cuarenta días, limpiando nuestro corazón, expulsando de nosotros los rencores, las envidias, es decir todo lo que se opone a nuestro amor, a Dios, y a nuestros propios hermanos.

Por ello, en esta cuaresma, hagamos un compromiso, ser mejores y hacer obras buenas:

• Demos alegría a los que viven acompañados de la amargura
• Demos esperanza a los que parecen desfallecer,
• Oremos por los enfermos
• Ayudemos al que necesita las actitudes cristianas.

Esto nos ayudará a parecernos más a Cristo. Nuestra conversión, nuestra penitencia, nuestras buenas obras en este tiempo litúrgico, serán una hermosa adhesión a Jesucristo.

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