Querido Padre Ricardo:

En primer lugar dar gracias a Dios por haberle enviado a esta parroquia, y a usted por su labor intensa y generosa realizada en estos cortísimos cuatro años.

Durante este tiempo y mediante su empuje espiritual y social, ha conseguido que sus feligreses nos encontráramos como una autentica comunidad cristiana, y que trabajando en grupos se han realizado actividades cuyo alcance ha llegado a nuestra parroquia y a distintas misiones del mundo.

Se nos ha hecho muy corta su estancia... por lo menos, así nos ha parecido, pero todo el bien que ha hecho permanecerá en el tiempo.

Gracias de nuevo, por su cercanía, su humildad, su sencillez, la bondad en todos sus actos, su sonrisa... ha sido un regalo de Dios en nuestras vidas. Sus homilías han calado en nuestros corazones y nos han acercado cada día más a la Verdad y al Amor de Dios.

Esperamos que en breve le veamos recuperado y poniendo su entusiasmo y empuje en nuevas empresas y nos haga participes a sus feligreses y amigos de esta ciudad que le quieren y le esperan con los brazos abiertos.

Muchas gracias por todo cuanto bueno y bien ha hecho en nuestra comunidad y en especial en cada una de nuestras familias.

Que Dios le bendiga y siga aumentando su fe para que continúe siendo luz en esa nueva comunidad que Él ha dispuesto en su caminar. Siempre estará presente en nuestras oraciones.

Un abrazo de todos sus feligreses